Anduvo en un ayer de percances
Masticando como tabaco rancio
Melancolías contagiosas
Siempre esa música tristona
le abría hendijas en su cuerpo maltratado
Pero era así, como si no hubiera otra posibilidad.
Bisagras herrumbradas resonaban
En su corazón envejecido.
Anduvo sin saber
Donde quedaron sus ayeres
De dicha y verdades
Perdido en sentimientos
Gastados , carcomidos
Por una vida de desidia.
Anduvo.
© 2009 Pampina