Siguiendo las palabras

Hay veces que la vida duele como un puñal plantado  en el corazón; tu boca me quiere besar y me muerde haciéndome perder mi cordura; loca se vuelve mi piel , mi ser no es una materia inerte, solo quiere querer.
Mi cuerpo tiembla de miedo al no ver en ti ese aire de deseo. Tu ropa huele a noche de luna escueta; mi pecho me aprieta; y mis mente suelta evoca un recuerdo que enloquece mi ser; latidos alocados tu provocas.
Camino, voy cantando penas y pienso en el destino, en los soles; en la sangre que corre por mis venas. Yo encerrada en mi trinchera; sin saber que hacer con mi corazón. Tirar la piedra , sobrepasar la frontera que nos hemos puesto. Miro el horizonte; el mar está quieto y el cielo azul; los colores se multiplican haciendo de tus maneras una guerra contra lo imposible. Haz plantado una semilla; pero la tierra está seca, el aire se hace raro; y el pulmón de la vida ya no respira como antes.
Una canción dice construir castillos en el aire;  quizás, pero ese aire es materia de sueño que se expande en el cielo azul de este día.
Tomo la guadaña y sego cada rincón de mi pasado para lavarme de todo aquello; pero te pido : enjuágame la frente y siente el sudor de mis manos con un beso delicado.
Ríe el volcán de nuestras ganas, el tiempo lo dirá, pero leves son las dudas que se van con el humo azul ; tu pudor y el mio, no merecen ese llanto.
Vive el momento  y ten compasión de tus sentimientos; la muerte no resuelve nada , si el hecho de verte es la libertad , es tenerte enfrente ; no absuelto que la semilla crezca sin astilla de esas que te hacen sangrar heridas que sólo existen si tu piensas en ellas; dejame ser la chiquilla que abre tus ventanas a la pasión; y alegra tus mañanas.

© 2008 Pampina